Desde la oscuridad de su espacio íntimo
Dos estrellas me observan fijamente.
Me quedo impresionado con su brillo,
y con ese fulgor que habla y que estremece.
Continuando mi viaje con la vista
observo y me detengo un largo instante,
pues junto a las estrellas que me miran
veo un objeto rojizo, tal vez Marte.
Y me embriaga con su brillo,
me estremece con su calma,
y el deseo me recorre
de posar ahí mi alma.
Sigo con mi recorrido
del horizonte nocturno
y hoy la luna blanca y pura
de oscuro jaspe ha vestido.
¿Sera tal vez el calor
de tan hermoso horizonte
donde esta noche se posa
lo que le ha dado color?
Ese monte prodigioso
oculto bajo la niebla,
la que adorna como seda
de blancura su candor.
Quisiera tomar el reto
de vagar en su neblina.
Descubrir con tanta dicha
donde la luna ocultó.
Caminar por el sendero,
disfrutar su fresca brisa
y apagar la sed,
sin prisas,
con rocío del amor.
Yo no sé qué retos tome,
solo sé que quiero ir
y conquistar ese horizonte
en que la Luna perdí.
-OMS-
Gracias por el poema!
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